martes, 3 de agosto de 2010

Hellraiser (1987)



Me decidí a ver esta película después de escuchar durante años que se trataba de un clásico del terror. Recuerdo que hace una década vi (por casualidad) la quinta entrega de la franquicia (Hellraiser: Inferno), pero en ese entonces ignoraba de qué se trataba y el impacto que había tenido la primera.
La trama de Hellraiser gira en torno a un hombre que adquiere una caja misteriosa que le permite contactar a seres de otras dimensiones para llevar a cabo sus más retorcidos deseos. A partir de ahí comienzan una serie de eventos que inesperadamente arrastran a otros miembros de su familia.
Mi primera advertencia: Personas sensibles, absténganse. La historia tiene su buena dosis de elementos gore desde el principio.
Al fin pude comprender por qué esta película ha sido muy estimada por un numeroso público. Tiene una manera novedosa de enfocarse en los aspectos más oscuros del ser humano, como la constante búsqueda del placer sin importar el precio. En este caso, la necesidad de experimentar e ir más allá de los límites tiene consecuencias muy singulares... Ya sea en esta vida o en la otra. Algunas secuencias relevantes fueron: La resurrección de Frank Cotton a través de la sangre, el laberinto y la que marca el desenlace de la historia.
Debo confesar que encontré fascinante la historia de los cenobitas. Son despiadados pero altamente inteligentes y selectivos, cuestiones que los separan de muchos villanos presentes en este género. Doug Bradley hizo un excelente papel representando al legendario Pinhead.
Hasta el momento no he leído The Hellbound Heart (o ningún libro de Clive Barker), lo cual me hace preguntarme qué tan fiel habrá sido la adaptación. Quizá algún día pueda comparar ambas obras.
Hellraiser es una película bastante original, que provoca escalofríos y logra mantener el interés del espectador.

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